Los piropos con que te ruborizo ya son gajes del oficio,
es lo que tiene haber sido titular sin salir nunca del banquillo.
Siempre buscándole la mejor poesía a un buen estribillo,
yo que sin ti, soy como un jamón, tan huérfano de cuchillo.
Mi madre me lo decía, que le faltaban horas al día,
y así estoy yo, que se me inflan los mofletes al besarte sin sordina.
Y abrazarte, y que se me abran las carnes, si huelo a mi signorina,
voy derrochando alegría, y hasta de serotonina, con las claritas del día.
Si ya hasta bolero y chirigota yo te canto,
y quiero que compartamos arrugas, ya tiré el mechero blanco.
Yo que no fui hijo de santo y mentecato, ratón sin buen olfato,
ahora vivo en un vídeo de gatitos en un mundo enzarzado como perros y gatos.
Y desde aquí, con trinchera en Albayzín, y sueños de bisutería,
pienso en ti, sobreviviendo en Madrid, de botella medio vacía.
Pero crearé un manto lleno de caricias donde caminar tranquila,
y desnudita, asomarte a mi ventana, entre la Alhambra y Gran Vía.
Y téjeme, con pelusa entre costuras, un altar donde poder darte el sí,
y en vez de arroz, que nos tiren aceitunas, de una a una las cogí para ti.
Si me quedo sin palabras, como se dice en el WhatsApp, enviaré un emoticono feliz.
Si se me cae un lagrimón, lo blanquearé en tu mechón, para invitarte a dormir, siempre con frenesí.
Y coge el abanico
y la bata de cola,
que nos vamos, cariño,
de la Habana hasta Chipiona.
Ya lo sabes, mi amor,
contigo pan y cebolla.
Vámonos, vámonos,
de la Habana hasta Chipiona.
¡Ponte a bailar!
Con buen olfato, ratón,
no te sorprende el gato,
pero nunca un buen “vestío”
va a salir de un mal trapo.
Ponte Mangano a bailar,
llegó La Banda de Trapo,
con un ritmo sabrosón
que sale de sus harapos.
Proyecto de ANTONIO HERNANDO con banda frenética y adrenalítica entre 2013 y 2015. Una coctelera sónica de swing, rumba, manouche, funk, música balcánica y bailes de Nueva Orleans, entre otros estilos.